Durante la época de invierno incrementan los accidentes de tránsito en especial los choques, las colisiones y las caídas; debido a la adherencia de los neumáticos por la acumulación de agua en las carreteras, que se conoce como aquaplaning.
El aquaplaning ocurre cuando los neumáticos de un vehículo pierden el contacto con la superficie de la carretera debido a la acumulación de agua. Esto provoca que el conductor pierda el control del vehículo, lo que puede derivar en accidentes graves.
Este fenómeno se ve influenciado principalmente por dos factores: el grosor de la capa de agua sobre la vía y la velocidad del vehículo. A mayor cantidad de agua y mayor velocidad, aumenta el riesgo de que las llantas no puedan evacuar el agua correctamente, generando una pérdida de adherencia. La primera señal de aquaplaning es una sensación de flotación, lo que puede causar pérdida de dirección.
Para prevenir el aquaplaning, se recomienda moderar la velocidad en condiciones de lluvia, conducir con suavidad, evitar frenazos y giros bruscos. En caso de enfrentar esta situación en una recta, se debe mantener la calma, no girar el volante y soltar el acelerador de manera gradual. Si ocurre en una curva, se debe girar lo justo para trazarla, sin movimientos excesivos hasta que los neumáticos recuperen el contacto con la carretera.
Asimismo, es fundamental mantener los neumáticos en buen estado, con la presión adecuada con labor suficiente para garantizar una correcta adherencia.
El Departamento de Tránsito de la PNC recuerda a los usuarios que en días lluviosos se debe tenar más precaución, tanto al conducir como al transitar en las vías como peatón, ya que la visibilidad disminuye y los riesgos aumentan.