Durante el mes de diciembre los índices de siniestralidad vial aumentan debido a factores como el consumo de alcohol, el exceso de velocidad y la sobrecarga de vehículos. Por esta razón el Departamento de Tránsito les recuerda que conducir un vehículo implica una serie de responsabilidades, conocimiento y cumplimiento de normas para garantizar la seguridad vial y reducir accidentes.
El Artículo 40 del Reglamento de Tránsito establece la obligación de conducir con diligencia y precaución, prohibiendo la conducción negligente o temeraria. Esto implica no solo el respeto a las normas, sino también evitar conducir bajo los efectos del alcohol.
De no cumplirse con estas normativas, los conductores enfrentan responsabilidades civiles, administrativas y penales, dependiendo de la gravedad del incidente, como la obligación de reparar los daños causados a terceros en un accidente de tránsito, a las consecuencias como resultado de negligencia, imprudencia o impericia al conducir y a la obligación de responder a un hecho criminal o falta cometida.
En cuanto a las sanciones, el Artículo 41 de la Ley de Tránsito establece que el Departamento de Tránsito puede cancelar la licencia de conducir por hasta 10 años a quienes estén involucrados en accidentes de tránsito bajo los efectos del alcohol. Además, el Artículo 177 del Reglamento de Tránsito establece que los conductores que den positivo en las pruebas de alcoholemia deberán ser detenidos por la Policía Nacional Civil, junto con su vehículo y documentos.
Además el Artículo 157 del código penal sanciona con multa de 5 mil a 25 mil quetzales y cancelación de licencia de conducir de 3 meses a 5 años a quien conduzca un vehículo en estado de ebriedad o bajo la influencia de drogas tóxicas o estupefacientes.
Esta disposición tiene como objetivo garantizar que los conductores que estén bajo la influencia del alcohol no continúen circulando en las vías, con el fin de preservar la seguridad vial y reducir el riesgo de accidentes.
En resumen, es fundamental recordar que la conducción implica una gran responsabilidad, y el cumplimiento de las leyes y regulaciones viales es esencial para la seguridad de todos.